lunes, 22 de octubre de 2012

Sólo el 18% de las mujeres se somete a revisión del suelo pélvico.



Con estudios como este, realizado por el instituto Dexeus de Barcelona, podemos comprobar cómo el suelo pélvico sigue siendo un gran desconocido para la mayoría de las mujeres, muchas no saben que es, donde está y por supuesto no saben que pueden utilizarlo.  Sin embargo, esta musculatura juega un papel fundamental en nuestra salud  y en nuestro bien estar como mujeres.

La musculatura del suelo pélvico sostiene los órganos pélvicos, cierra los esfínteres y tiene un importante papel sexual.

La mayoría de los estudios epidemiológicos asocian las lesiones del suelo pélvico con el embarazo y el parto  (incontinencia urinaria, disfunciones ano - rectales, disfunciones sexuales, problemas de estabilidad de las vísceras pélvicas etc.)

El parto por vía vaginal (particularmente durante la segunda fase de trabajo de parto, cuando aparece la cabeza del bebé) implica un riesgo de lesión nerviosa, muscular y conjuntiva importante. El grado de lesión de estas estructuras dependerá de varios factores (tipo de pujos realizados durante el expulsivo,  postura adoptada para el parto, utilización de instrumental como el fórceps, la presencia de episiotomía,  etc.)

Diferentes estudios han sido realizados al respecto, y todos ellos nos demuestran el daño que sufre esta musculatura tras el parto:

Los estudios histológicos y electrofisiológicos que evalúan las lesiones neuromusculares del suelo pélvico, muestran que las mujeres que han dado a luz  presentan una disminución de las fibras musculares de tipo I (fibras de contracción lenta) a nivel de la musculatura pélvica, frente a las mujeres nulíparas (mujeres que no han tenido hijos):

. Dimpfl T, Müller- Felber W, Anthuber  C: Histomorphology  of the pelvic floor muscles under specific consideration of age and parity. Neurourol Urodynam  15:333-334, 1996.

Los estudios electromiográficos permiten también diagnosticar una denervación parcial del suelo pélvico en el 80% de las mujeres después del parto:

. Snooks SJ, Setchell M, Swash M, Henry MM: Injury to innervation of pelvic floor sphincter musculature in childbirth. Lancet 8:546-550, 1984.
. Allen RE, Hosker GL, Smith ARB, Warrell DW: Pelvic Floor damage and childbirth: A neurophysiological study. Br J Obstet Gynaecol 97:770-779, 1990.
. Snooks SJ, Swash M, Henry MM, Setchell M: Risk factors in childbirth causing damage to the pelvic floor innervation. Int J Colorect Dis 1:20-24, 1986.

La ecografía perineal en las mujeres tras el parto, muestra un aumento de la movilidad del cuello de la vejiga durante el esfuerzo y una posición más baja del mismo en reposo:

. Meyer S, Schreyer A, De Grandi P, Hohlfeld P: The effects of birth on urinary continence mechanisms and other pelvic- floor characteristics. Obstet Gynecol 92:613-618, 1998.
. Iosif S, Ingemarsson I, Ulmsten U: Urodynamic studies in normal pregnancy and in puerperium. Am J Obstet Gynecol 137:696-700, 1980.
. King JK, Freeman RM: Is antenatal bladder neck mobility a risk factor for postpartum stress incontinence? Br J Obstet   G ynaecol 105:1300-1307,1998.

A través de estudios urodinámicos se ha podido ver que después del parto hay una disminución importante de la presión de cierre de la uretra y de la longitud funcional uretral:

. Geelen JM van, Lemmens WAJG, Eskes TKAB, Martin CB: The urethral pressure profile in pregnancy and after delivery in healthy nulliparous women. Am J Obstet Gynecol 144:636-649, 1982.
. Iosif S, Ingemarsson I, Ulmsten U: Urodynamic studies in normal pregnancy and in puerperium. Am J Obstet Gynecol 137:696-700,1980.

La zona anal (parte posterior del periné), especialmente el aparato esfinteriano anal, se ve muy solicitado biomecanicamente por el descenso de la cabeza fetal durante el expulsivo. Gracias a la ecografía endoanal, es posible observar lesiones ocultas del esfínter anal: diferentes estudios demuestran que el 33% de las primíparas presentan lesiones esfinterianas anales ocultas:

. Chaliha C, Kalia V, Stanton SL, Monga A, Sultan AH: Antenatal prediction of postpartum urinary and fecal incontinence. Obstet Gynecol 94:689-694, 1999.
. Donnelly V, Fynes M, Campbell D et al: Obstetric events leading to anal sphincter damage. Obstet Gynecol 92:955-961, 1998.
. Sultan AH, Kamm MA, Hudson CN, et al: Anal-sphincter disruption during vaginal delivery. N Engl J Med 329:1905-1911, 1993.
. Varma A, Gunn J, Lindow SW, Duthie GS: Do routinely measured delivery variables predict anal sphincter out-come? Dis Colon Rectum 42:1261-1264,1999.

A sí mismo, numerosos estudios constatan que la presión de contracción  y la presión en reposo del esfínter anal disminuyen significativamente después del parto:

. Hojberg KE, Hunborg HH, Ryhammer AM, Laurberg S: The impact of delivery on anorectal function in women with and women without anal incontinence- a prospective study. Int Urogynecol J 14:38-45, 2003.
. Pinta TM, Kylanpaa ML, Teramo KA, Luukkonen PS: Sphincter rupture and anal incontinence after first vaginal delivery. Acta Obstet Gyn Scan 83:917-22, 2004.
. Snooks SJ, Swash M, Mathers SE, Henry MM: Effect of vaginal delivery on the pelvic floor: A 5- year follow-up.Br J Surg 77:1358-1360,1990.
. Sultan AH, Kamm MA, Hudson CN: Third-degree obstetric anal sphincter tears: Risk factors and outcome of primary repair. BMJ 308:887-891, 1994.
. Rieger N, Schloithe A, Saccone G, Wattchow D: The effect of a normal vaginal delivery on anal function. Acta Obstet Gynecol Scand 76:769-772,1997.
. Rieger N, Schloithe A, Saccone G, Wattchow D: A prospective study of anal sphincter injury due to childbirth. Scand J Gastroenterol 33:950-955, 1998.
. Cornes H, Bartolo DCC, Stirrat GM: Changes in anal canal sensation after childbirth. Br J Surg 78:74-77, 1991.
. Wynne JM, Myles JL, Jones L, et al: Disturbed anal sphincter function following vaginal delivery. Gut 39:120-124,1996.

Todas estas lesiones (musculares, nerviosas y conjuntivas) ocurridas tras el parto, son las responsables de la aparición de problemas funcionales como puede ser: incontinencia urinaria, incontinencia fecal y de gases, descenso de órganos o prolapsos, etc. 

Ahora bien, esta sintomatología no tiene porque aparecer inmediatamente después del parto, de hecho en la mayoría de las mujeres los problemas suelen aparecer más a largo plazo debido a la sumación de estas lesiones obstétricas con otros factores de riesgo: aumento de peso, envejecimiento, otro embarazo, etc.

Por lo tanto, es indispensable realizar una valoración abdomino pelvi perineal tras el parto y establecer un programa de rehabilitación específico para cada mujer con el objetivo de corregir las posibles alteraciones funcionales,  recuperar el tono y la fuerza de la musculatura perineal y abdominal, restablecer el equilibrio de las vísceras pélvicas y reestructurar la postura.

Así mismo, la preparación de esta musculatura durante el embarazo es fundamental para prevenir y contrarrestar las consecuencias del embarazo y del parto sobre el suelo pélvico. La preparación ha de ser individual adaptada a las necesidades de cada mujer. Durante este periodo nos centraremos en mejorar la movilidad de la pelvis, en tomar conciencia de la musculatura pélvica, en automatizar la competencia perineal en las actividades de la vida diaria, en mejorar la elasticidad musculoconjuntiva del suelo pélvico, en el trabajo de las diferentes posturas que puede adoptar la mujer durante el parto y en establecer una buena coordinación abdomino pelviana para realizar unos pujos correctos que generen menos riesgos de lesión del suelo pélvico.

Os invito a todas las que estáis esperando un bebé o que lo habéis tenido recientemente, a que hagáis una valoración de vuestro suelo pélvico con un fisioterapeuta especializado; recuperar vuestro suelo pélvico es fundamental para prevenir numerosas patologías futuras, siendo estas patologías muy invalidantes ya que afectan a la calidad de vida social, laboral y sexual de la mujer.

Laura Núñez Luna- Fisioterapeuta

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